Un día recibimos un mail de una persona que había creado una marca de cosmética y quería presentárnosla. Este mail tenía algo especial. Lo escribía Mercedes, una farmacéutica que nos contaba que llevaba desde varios años desarrollado una marca franco-española y que, por fin, la tenía casi, casi lista.
En ese mail nos presentaba su marca. Se llamaba Quinque y nacía, según su fundadora, de la necesidad de tener una piel del rostro sana. No se trata de rejuvenecer a través de la cosmética, sino de que el tiempo pase con gracia por nuestra piel. Probamos los productos, nos gustaron mucho, los volvimos a probar, nos siguieron gustando y escribimos a Mercedes diciendo: "Adelante".