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Así empezó todo

María y Anabel se conocieron en un tren, a 250 km. por hora, en algún lugar entre Madrid y Sevilla. Anabel recuerda de María que llevaba las uñas pintadas de un precioso color burdeos. María no recuerda nada especial de Anabel. Pasaron los meses y siguieron encontrándose. Se veían cerca de un plato de sopa picante (su debilidad), en un riad en Marrakech, comentando episodios de The West Wing y en las calles de Madrid. 

Coincidiendo con los días más convulsos del 15-M de 2011 decidieron que tenían que hacer algo. Ese "algo" estaba aún por definir, aunque ellas sabían que tenía tres puntos de partida: cosmética, viajes e Internet. Se reunieron en Tipos Infames con dos cuadernos rojos Delfonics Rollbahn. Empezaron a hablar. Los cuadernos empezaron a llenarse con garabatos que solo ellas entendían. Las reuniones duraban más y más.

El resto es historia.

El 15 de marzo de 2012 nació Laconicum. Anabel y María crearon Laconicum porque no existía Laconicum.

Anabel Vázquez

Cuando cumplió 18 años su madre le regaló un rouge de Dior y Chanel Nº 5. La buena mujer no sabía lo que había hecho. Este regalo, este rito de paso, sentó un precedente. Desde entonces, Anabel nunca ha dejado de buscar el labial perfecto y sigue pensando que el mejor vestido es un perfume.

Es Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad de Sevilla) y Master in Humanities and Social Though (New York University); trabajó en los departamentos de Comunicación en el Museum of Modern Art (MOMA) y el New Museum de Nueva York.

Placeres: las piscinas, sin excepción, The West Wing, añadir Tabasco a todo, volver a Kenia, pasear sin rumbo, Martirio, los perfumes que llevan de viaje, Casa Tomada, las casas de Barragán, los masajes, las cremas de cuerpo untuosas que huelen a limón y jengibre, llevar varios bálsamos labiales en el bolso, ver películas a la hora del desayuno, 

En España su trayectoria ha sido tan dispersa y heterodoxa como ella misma: ha sido consultora de negocio y branding, Information Architect, Responsable de Patrimonio de Loewe y ha publicado en más medios de los que puede recordar. Escribe sobre moda, hoteles, belleza y tendencias; “la cara bonita de la vida”, como resume. Es autora del libro Piscinosofía (Libros del K.O, 2023) En su bolso siempre lleva cosmética para probar; si te la encuentras por la calle te obligará a que la pruebes.

 

María Martínez

En Junio de 2010 María subió, armada con un vestido amarillo, al escenario de Cipriani, en Nueva York, a recoger un Webby Award, el Oscar de Internet. Lo había ganado una idea suya, I wanna go there. En aquel momento, pensó en algunas cosas. Recordó un viaje a la India (el germen de I wanna go there), cuando se dio cuenta de que faltaban guías de viaje diferentes, en las que los viajeros compartieran información y secretos.

María proponía una manera de viajar transversal, entrelíneas, basada en el descubrimiento. Su trayectoria de más de 10 años de experiencia en productos digitales la ha llevado a trabajar en empresas como Teknoland, McCann Erikson o el Banco Santander. También trabajó durante varios años como consultora en The Cocktail.

Placeres: libretas tamaño pasaporte con páginas blancas, rotuladores Tratto PEN nº3, el primer ratito de sol de un día en la playa, probar todos los tratamientos de belleza del mercado, el cilantro (si está dentro de un taco mucho mejor), descubrir champús y que le laven la cabeza, las sopas, los perfumes cítricos y caminar rápido escuchando Beirut.

En paralelo, María, viajera y descubridora de profesión oficiosa, encontraba productos cosméticos interesantes en cada destino que pisaba. Tras ese premio llegó la versión española de esa web, mimaleta.com. Y las entrevistas, las conferencias y las mesas redondas: no hay muchos en España que tengan el Webby en una estantería. Aquella noche, en Nueva York, sin soltar su premio, María aún no sabía que un tiempo después, uniría sus tres grandes pasiones confesables, Internet, viajes y cosmética, en una sola web: Laconicum.