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“Así cambié la forma de lavarme la cabeza tras probar un HeadSpa en Tokio”

Quizá no te suene el concepto, pero en Tokio el número de HeadSpa es equivalente a la media de bares per cápita en España: uno por habitante. Puede que exagere, pero en dos kilómetros a la redonda pude encontrar más de veinte. Y como beauty freak que soy no pude resistirme. Pasé sesenta minutos en la gloria y salí renovada y con unas cuantas lecciones que han cambiado mi forma de lavarme el pelo y cambiarán la tuya. Palabra de María, beauty freak y cofundadora de Laconicum.

headspa

¿Qué es un HeadSpa?

No es una peluquería, no es un centro de masaje; es un spa capilar. Vamos por partes. De los veinte sitios que había a mi alrededor, elegí Rubbicour por las imágenes de las salas de tratamiento que vi en internet y porque estaba en el quinto piso de un edificio que no tenía ninguna pinta de albergar un sitio así. Ya que vamos, hagamos lo excéntrico aún más excéntrico. 

 

El concepto del lugar era "el bosque" y la decoración quería zambullirte en uno. Me senté en una silla, donde una mujer traductor mediante me preguntó sobre mi cuero cabelludo y mis preocupaciones capilares mientras me ponía un té. Me masajeó los hombros y tras un escrutinio del cuero cabelludo, me indicó que me tumbara en el sillón de lavado más cómodo que he probado en mi vida. Cambiaría mi sofá por ese sillón.


Allí estuvo casi una hora lavándome el pelo con un masaje lento y profundo que llegó a lugares en mi cabeza a los que quizá llevaba años sin prestar atención. Champú, acondicionador y aclarado con ese arco de chorritos que mueven de la frente a las puntas como una cascada flotante. Cuando acabó, me puso una toalla y me secó el pelo con secador para que no me fuera con él mojado. Nunca he tenido el pelo tan limpio y nunca he podido espaciar los lavados como después de aquel día.

¿Cómo me lavo la cabeza después de esta experiencia?

Desde luego, la conclusión no es dedicarle sesenta minutos al champú cada día, pero sí hay tres cosas que hago diferente:

  1. Trabajar bien el champú. Quizá tú, como yo, aplicas el champú mientras cae el agua de la ducha, lo extiendes bien y listo. Sorpresa, no se hace así. Moja un poco el pelo, cierra el grifo, aplica y masajea bien el cuerpo cabelludo, todo, también esa nuca por la que pasamos de refilón. Déjalo actuar un minuto o dos.
  2. Aplicar el acondicionador a conciencia. No lo pongas en la superficie, aplica de medios a puntas y trabaja por mechones o con un peine.
  3. Aclarar mucho, muchísimo el pelo. Esto es fundamental. A veces, no tienes el pelo sucio a las 24 horas, lo que ocurre es que se acumula sedimento de producto. Un buen aclarado te ahorra otro lavado.

Y con esto yo, que tengo el pelo fino y desagradecido porque se me ensucia con frecuencia, ahora puedo espaciar los lavados y tengo el pelo suave y sin peso.

Con qué productos puedes hacerte un HeadSpa en tu casa

  1. Con un producto específico de cuero cabelludo. Puedes aplicar Hair Care Sérum de Gallinée justo antes de la ducha o la noche anterior para dejarlo actuar horas. Calma el cuero cabelludo para que el pelo crezca fuerte y sano.
  2. Con un champú purificante. Scalp Shampoo de Sachajuan equilibra el cuero cabelludo y, por tanto, la grasa, y purifica para que dure limpio más tiempo.
  3. Con un acondicionador que hidrate sin peso. Liquid Hairbrush Conditioner de Larry King hidrata y refuerza el cabello dejándolo suave y manejable. Y si quieres más nutrición, usa semanalmente Bigger Love Treatment Mask de Sam McKnight.
  4. Con un protector del calorSave the Do Blow Dry Style Starte de Sam McKnight evitará que el cabello se debilite, se seque y se rompa con el calor.

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