Nos metemos en los neceseres de verano de las fundadoras de Laconicum. Ya os mostramos el de María, maximalista, se lo lleva todo aprovechando que viaja en coche. Anabel practica el minimalismo cosmético, reduce su rutina a la mínima expresión, por comodidad, espacio y tiempo. Descubre cómo el neceser de verano de Anabel.
¿Qué lleva Anabel, fundadora de Laconicum, en su neceser de verano?
En verano, a diferencia de mi querida socia, María, reduzco mi cosmética al mínimo. En resumen, me asalvajo y lo hago de manera consciente. Quiero viajar ligera de equipaje físico y mental. Estos son los productos que paseo de acá para allá, en trenes, aviones, capazos y tumbonas. Así es mi neceser de verano: intenso, suficiente, fabuloso.
Clásicos playeros y piscineros de ayer, hoy y siempre
Protector solar SPF50 (Mimitika). Comencemos con la obviedad. Me gusta este, tan fácil y afrancesado.
Aloe vera (Standard Procedure). La sensación de aplicarse un after-sun tras la playa o piscina debería ser nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Este lo guardo en el frigorífico para aumentar la sensación de frescor.
Mis cuatro basiquísimos
¿Es Lymph-Lite tan imprescindible? Para mí sí. No siento que me he duchado si antes no me he cepillado en seco desde el cuello a los pies. Me activa y me pule la piel.
Puedo lavarme con cualquier champú, siempre que luego acondicione mi densa melena con un buen producto. Tengo mucho pelo, con volumen y seco, así que la mascarilla Hair Repair (Sachajuan) es una buena compañera de viaje.
El verano es piel, brazos, espaldas y piernas al aire. Trato al cuerpo con cariño. Por eso, uso Skin Drencher Super-charge Body Lotion (Bodyologist) una crema potente y danesa y que me deja sensación dúctil, jugosa.
¿Un perfume?
¿Solo uno? Me niego. Para despertarme, un golpe de Eau de Menton, una colonia de limones de 1947. También oleré a tres aromas de Heeley: Zeste de Gingembre, con su toque picante a jengibre, a Athenean, porque me recuerda a mi querida Grecia y, a veces, a Cardinal, porque creo que los bueno aromas no tienen, como dice la canción, “horario ni fecha en el calendario”.