Imaginemos esta situación. Hemos tenido ese clásico día horrible en el que los astros se alineaban en nuestra contra y el mundo se reía de nosotros. Todo lo que podía ir mal ha ido mal, pero ya hemos llegado a casa. Nos metemos en la ducha y nos embadurnamos el cuerpo con esta exfoliante, un emplasto maravilloso. Es rugoso y, a la vez, es suave. Lo extendemos por todo el cuerpo con cuidado, masajeando. También en manos y pies. Lo dejamos un rato porque nos resistimos a que se vaya. Con pena nos enjuagamos, nos secamos y, de repente, ese clásico día horrible ya se ha desvanecido. Una ducha a cualquier hora siempre es buena idea. Lo abrimos y olemos y algo ya empieza a encajar.
El responsable de este placer es el Exfoliate Dual Action Scrub y es del marca inglesa Cowshed. Combina exfoliantes físicos con AHASs. Contiene aceites esenciales de ylang-ylang, canela y lavanda; ah, por eso huele tan bien.