Hay que estar muy seguro de lo que se tiene entre manos para llamar a una marca de cosmética “establo”. Nick Jones, el creador de esta, lo estaba. Tenía un precioso hotel, Babington House, en una granja, en medio de dieciséis hectáreas de campo donde se realizaban tratamientos de belleza. Según Nick, no había productos para rostro, cabello y cuerpo en el mercado que encajaran con la filosofía natural de Babington House, que así se llamaba ese (superapetecible) lugar.
El bueno de Jones decidió crear sus propios productos con hierbas de su huerto a las que les añadiría aceites esenciales provenientes de todo el mundo. En 1998 nació Cowshed. El nombre era inevitable: los tratamientos de belleza se realizaban en lo que había sido un establo. Desde entonces Cowshed ha crecido sin perder el aire irreverente y mimado que le imprimió Nick Jones desde el principio. Hay que ser inglés para saber tener a una vaca como inspiración cosmética.