Cosmética facial

  La cosmética facial es el centro de gravedad del cuidado y el objetivo principal de la cosmética, con permiso del cabello, del cuerpo y del maquillaje. El rostro es nuestra tarjeta de presentación ante el mundo. Hablamos con las palabras y también con los gestos. Es lo primero que ven de nosotros y lo que más y mejor se recuerda. Somos nuestro rostro. Por eso, la mayor parte de la inversión económica y emocional se destina a la cosmética facial. Según la última Radiografía del sector cosmético en España, presentada por Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética los hombres utilizan una media de 5,7 productos cosméticos en sus rutinas diarias y las mujeres recurren a, nada menos que 8,5. Los productos de cuidado facial son un 49 % de todos los utilizados, incluidos los de higiene personal.

Los principales son estéticos: la piel se verá limpia, sana, protegida de los factores externos como el sol o la contaminación. Y una piel limpia y sana es una piel bonita. La cosmética facial es una categoría muy amplia que abarca limpiadores y desmaquillantes, sérums, hidratantes y productos de tratamientos como mascarillas, exfoliantes, primers, mist. No es necesario realizar rituales complejos; una sencilla rutina de skincare compuesta por limpiador, sérum e hidratante puede dar como resultado una piel hidratada, elástica e iluminada. En muchas ocasiones, menos es más. En otros, más es más. Sin olvidar los beneficios estéticos, existen otros anímicos: un rostro limpio, fresco y jugoso genera seguridad. La belleza exterior repercute en la paz interior.

La respuesta está en el tipo de piel. A la piel no tenemos que mirarla, tenemos que tocarla y , sobre todo, escucharla.  Ella nos dirá qué debemos utilizar dependiendo de su estado apagada, alterada, deshidratada... Para elegir la rutina más adecuada, además, tenemos que hacernos distintas preguntas: ¿cuánto tiempo queremos pasar al día cuidándonos, 5 minutos o 20? ¿Nos gustan las texturas ricas o ligeras? ¿Nos gustan las marcas que tienen aroma, como Rassa, o preferimos las neutras, como Prescription Skincare? Cruzando estas variables con el tipo de piel sabremos qué cuidado facial elegir.

Piel seca: Para estas pieles, es clave nutrir y proteger con ingredientes que retengan la hidratación, como ácido hialurónico, las ceramidas y otros muy conocidos como manteca de karité. Te recomendamos una limpieza suave con un limpiador en leche o aceite, un sérum hidratante y una crema con textura rica, como The Cream (Augustinus Bader) o Anti-Gravity (Huxley). Nunca deben olvidar el protector solar

El objetivo es encontrar una rutina que controle el exceso de sebo sin resecar. No es complicado. Limpiemos con un producto con gel o espuma como Aloe Vera Cleanser de Prescription o el Daly Detox Foaming Cleanser de Goop, un tónico como Century Flower de Pai y cremas hidratantes oil-free y no comedogénicas en gel o textura ligera. ¿Algunos ingredientes que sientan bien? La niacinamida, ácido salicílico, zinc y el aloe vera regulan el brillo y purifican sin agredir. Nunca olvides un protector solar matificante para un acabado sin brillo.

La palabra clave para estas pieles es “equilibrio”. Es recomendable limpiar con gel o espuma suave para controlar grasa en zona T sin resecar otras áreas. Un tónico calmante como el Century Flower de Pai le sentará muy bien. Estas pieles reciben bien los sérum con niacinamida y con ácido hialurónico. Las cremas con textura media pueden funcionar. Y nunca deben olvidar, como el resto de las pieles, el protector solar.

La piel sensible siempre nos quiere decir algo. Suele estar enfadada por estrés, por abuso de productos, por desarreglos hormonales… Hay que tratarla con cariño y hay marcas como Gallinée o Pai Skincare que se ocupan muy bien de hacerlo, Recomendamos  un limpiador suave en espuma para limpiar sin agredir, y el resto dde los productos deberían ser lo más calmantes posibles, como el Face Vinegar de Gallinée, perfecto para reducir rojeces y aportar frescura o el Carbon Star de Pai si tienes brotes y granitos.

A todos nos gustan las rutinas, el orden cosmético. Nos gusta la idea de realizarnos un facial express en casa cada día. Una rutina básica constaría de: Limpieza suave, mañana y noche, para retirar impurezas y preparar la piel. Sérum con activos según tu necesidad: hidratante si buscas jugosidad, iluminador si tienes la piel apagada, matificante para controlar brillos o calmante si tu piel es sensible. Crema hidratante adecuada para tu tipo de piel (rica para seca, ligera oil-free para grasa, equilibrante para mixta).- Protector solar diario, imprescindible para prevenir daños y mantener la piel joven, incluso en días nublados. Por la noche, incluye una mascarilla semanal o una crema específica de tratamiento con péptidos o retinol. Una vez a la semana: exfoliante suave y mascarilla, que puede ser purificante, iluminadora, hidratante… El único secreto está en la constancia y en elegir los ingredientes que tu piel necesita. Y no olvides disfrutar del proceso, masajear, oler… Los mejores cosméticos son los que se usan.